viernes, 29 de agosto de 2008

El arte de contar (fragmento)

Siempre he oído decir que el cuento es uno de los géneros literarios más difíciles; y siempre he tratado de descubrir por qué la gente tiene tal impresión respecto de lo que considero una de las formas más naturales y básicas de la expresión humana. …
Aún me inclino a pensar que la mayor parte de la gente posee una cierta capacidad innata para contar historias; capacidad que suele perderse, sin embargo, en el camino. Por supuesto, la capacidad de crear vida con palabras es esencialmente un don. Si uno lo posee desde el inicio, podrá desarrollarlo; pero si uno carece de él, mejor será que se dedique a otra cosa.
No obstante, he podido advertir que son las personas que carecen de tal don, las que, con mayor frecuencia, parecen poseídas por el demonio de escribir cuentos. Estoy segura que son ellas quienes escriben los libros y los artículos sobre "como se escribe un cuento".
Un cuento es una acción dramática completa, y en los buenos cuentos los personajes se muestran por medio de la acción, y la acción es controlada por medio de los personajes. Y como consecuencia de toda la experiencia presentada al lector se deriva el significado de la historia. Por mi parte prefiero decir que un cuento es un acontecimiento dramático que implica a una persona, en tanto comparte con nosotros una condición humana general, y en tanto se halla en una situación muy específica. Un cuento compromete, de un modo dramático, el misterio de la personalidad humana.
Para el escritor de ficciones, en el ojo se encuentra la vara con que ha de medirse cada cosa; y el ojo es un órgano que además de abarcar cuanto se puede ver del mundo, compromete con frecuencia nuestra personalidad entera. Involucra, por ejemplo, nuestra facultad de juzgar. Juzgar es un acto que tiene su origen en el acto de ver. En la escritura de ficción, salvo en muy contadas ocasiones, el trabajo no consiste en decir cosas, sino en mostrarlas.
Un buen cuento no puede ser reducido, sólo puede ser expandido. Un cuento es bueno cuando ustedes pueden seguir viendo más y más cosas en él, y cuando, pese a todo, sigue escapándose de uno.
En la mayoría de los buenos cuentos es la personalidad del personaje lo que crea la acción de la historia. En la mayoría de esos cuentos, siento que el escritor ha pensado en una acción y luego seleccionado un personaje para que la lleve a cabo. Usualmente, existen más probabilidades de llegar a un buen fin si se comienza de otra manera. Si se parte de un personaje real estamos en camino de que algo pase antes de empezar a escribir, no se necesita saber qué. En verdad, puede ser mejor que uno ignore lo que sucederá. Cada uno debe ser capaz de descubrir algo en el cuento que escriba.
Flannery O’Connor

jueves, 28 de agosto de 2008

Imagen de un gran amor





Taller de Narracion Oral

Taller de Narración Oral para Adultos
“Para contarte mejor…”

Coordinado por Betty Ferkel – Narradora Oral
Informes: 15-5663-3994 – 4787-1318

ZONA TRIBUNALES

Contar cuentos no es sólo una disciplina artística.
También es una poderosa herramienta de comunicación útil en ámbitos muy diferentes:
marketing, educación, relaciones humanas...
A través de un cuento se captura la atención de la audiencia y es más fácil trasmitir un mensaje.
Un cuento siempre deja en el que escucha, una impresión o una emoción nueva.
Contar cuentos ayuda a que los asistentes retengan información.
Cuando alguien escucha y ve algo que le agrada, difunde lo que vio.
Provee una amplia gama de recursos para mejorar la comunicación interpersonal.
Estimula la facilidad de palabra, la memoria, la capacidad de improvisar.
Inspira confianza. Genera entusiasmo.
Estimula las motivaciones personales.
Ayuda a definir la imagen empresaria o individual.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Pajaritos en el alma


El domingo 27 de Julio conocí esa sensación que Laura Davetach cita en uno de sus artículos; mezcla de alegría, ternura, entusiasmo…

Junto a un grupo de cuenta cuentos de Buenos Aires y La Plata, ese día participé en la Narratón (maratón de cuentos) organizada con el auspicio de la Municipalidad de Olavaria y el apoyo entusiasta de Celia y a Maribel García, coordinadoras del evento que, como dijo Claudio Ledesma, son “mujeres que no sólo se animan a soñar, sino que luchan para que estos sueños se hagan realidad”.

El micro llegó a destino a las 10:30 y se formó una caravana con tres colectivos más, llenos de gente de todas las edades dispuestas a escucharnos.
Se contaron cuentos para niños y para adultos en el Museo Municipal de Sitio La Calera, en el Museo de Municipal de Colonia San Miguel, en el Museo Municipal de Sierras Bayas, en el de los Alemanes del Volga “Ariel Chiércico” de Colonia Hinojo, en el de la Piedra “Emma Occhi” de Sierra Chica” y en el de Ciencias. El cierre se hizo en el Museo Municipal de Artes Plásticas Dámaso Arce, bellísimo y sorprendente lugar en el que se exponen obras de una calidad envidiable. Allí contamos Cristina Villanueva, Gabriela Villano, Claudio Ledesma, Betty Ferkel y Liliana Bonel.
Hasta aquí la crónica objetiva. Pero hay que agregar necesariamente la calidez y hospitalidad de la gente del lugar, el entusiasmo con que seguían a los narradores parejas con chicos chiquitos (cargando cestas con comida), gente grande, chicos de escuelas rurales de la zona, ancianos…. En cada museo, se contaron cuentos para chicos y adultos en distintos espacios. Más que atención había avidez en la expresión del publico. Ví señoras ancianas escuchando cuentos para niños con los mismos ojos brillantes con que escuchan los chicos.

En cada uno de los espacios se contaron no más de cinco cuentos y luego… otra vez subir al ómnibus para continuar en la próxima parada. Y el público subía a los micros y nos seguía. Se iba sumando la gente del lugar que asistía a cada espectáculo y terminaron escuchando cuentos más de trescientas personas.
Fueron ellos los auténticos protagonistas de esta maravillosa “movida”.
Y también lo fueron los organizadores que estuvieron presentes en todos los lugares y durante todo el tiempo que duró la Narratón.-

Fue una experiencia inesperada para mí, sorprendente, emocionante…
Una experiencia que me hizo sentir pajaritos en el alma.
Betty Ferkel