El domingo 27 de Julio conocí esa sensación que Laura Davetach cita en uno de sus artículos; mezcla de alegría, ternura, entusiasmo…
Junto a un grupo de cuenta cuentos de Buenos Aires y La Plata, ese día participé en la Narratón (maratón de cuentos) organizada con el auspicio de la Municipalidad de Olavaria y el apoyo entusiasta de Celia y a Maribel García, coordinadoras del evento que, como dijo Claudio Ledesma, son “mujeres que no sólo se animan a soñar, sino que luchan para que estos sueños se hagan realidad”.
El micro llegó a destino a las 10:30 y se formó una caravana con tres colectivos más, llenos de gente de todas las edades dispuestas a escucharnos.
Se contaron cuentos para niños y para adultos en el Museo Municipal de Sitio La Calera, en el Museo de Municipal de Colonia San Miguel, en el Museo Municipal de Sierras Bayas, en el de los Alemanes del Volga “Ariel Chiércico” de Colonia Hinojo, en el de la Piedra “Emma Occhi” de Sierra Chica” y en el de Ciencias. El cierre se hizo en el Museo Municipal de Artes Plásticas Dámaso Arce, bellísimo y sorprendente lugar en el que se exponen obras de una calidad envidiable. Allí contamos Cristina Villanueva, Gabriela Villano, Claudio Ledesma, Betty Ferkel y Liliana Bonel.
Hasta aquí la crónica objetiva. Pero hay que agregar necesariamente la calidez y hospitalidad de la gente del lugar, el entusiasmo con que seguían a los narradores parejas con chicos chiquitos (cargando cestas con comida), gente grande, chicos de escuelas rurales de la zona, ancianos…. En cada museo, se contaron cuentos para chicos y adultos en distintos espacios. Más que atención había avidez en la expresión del publico. Ví señoras ancianas escuchando cuentos para niños con los mismos ojos brillantes con que escuchan los chicos.
En cada uno de los espacios se contaron no más de cinco cuentos y luego… otra vez subir al ómnibus para continuar en la próxima parada. Y el público subía a los micros y nos seguía. Se iba sumando la gente del lugar que asistía a cada espectáculo y terminaron escuchando cuentos más de trescientas personas.
Fueron ellos los auténticos protagonistas de esta maravillosa “movida”.
Y también lo fueron los organizadores que estuvieron presentes en todos los lugares y durante todo el tiempo que duró la Narratón.-
Fue una experiencia inesperada para mí, sorprendente, emocionante…
Una experiencia que me hizo sentir pajaritos en el alma.
Junto a un grupo de cuenta cuentos de Buenos Aires y La Plata, ese día participé en la Narratón (maratón de cuentos) organizada con el auspicio de la Municipalidad de Olavaria y el apoyo entusiasta de Celia y a Maribel García, coordinadoras del evento que, como dijo Claudio Ledesma, son “mujeres que no sólo se animan a soñar, sino que luchan para que estos sueños se hagan realidad”.
El micro llegó a destino a las 10:30 y se formó una caravana con tres colectivos más, llenos de gente de todas las edades dispuestas a escucharnos.
Se contaron cuentos para niños y para adultos en el Museo Municipal de Sitio La Calera, en el Museo de Municipal de Colonia San Miguel, en el Museo Municipal de Sierras Bayas, en el de los Alemanes del Volga “Ariel Chiércico” de Colonia Hinojo, en el de la Piedra “Emma Occhi” de Sierra Chica” y en el de Ciencias. El cierre se hizo en el Museo Municipal de Artes Plásticas Dámaso Arce, bellísimo y sorprendente lugar en el que se exponen obras de una calidad envidiable. Allí contamos Cristina Villanueva, Gabriela Villano, Claudio Ledesma, Betty Ferkel y Liliana Bonel.
Hasta aquí la crónica objetiva. Pero hay que agregar necesariamente la calidez y hospitalidad de la gente del lugar, el entusiasmo con que seguían a los narradores parejas con chicos chiquitos (cargando cestas con comida), gente grande, chicos de escuelas rurales de la zona, ancianos…. En cada museo, se contaron cuentos para chicos y adultos en distintos espacios. Más que atención había avidez en la expresión del publico. Ví señoras ancianas escuchando cuentos para niños con los mismos ojos brillantes con que escuchan los chicos.
En cada uno de los espacios se contaron no más de cinco cuentos y luego… otra vez subir al ómnibus para continuar en la próxima parada. Y el público subía a los micros y nos seguía. Se iba sumando la gente del lugar que asistía a cada espectáculo y terminaron escuchando cuentos más de trescientas personas.
Fueron ellos los auténticos protagonistas de esta maravillosa “movida”.
Y también lo fueron los organizadores que estuvieron presentes en todos los lugares y durante todo el tiempo que duró la Narratón.-
Fue una experiencia inesperada para mí, sorprendente, emocionante…
Una experiencia que me hizo sentir pajaritos en el alma.
Betty Ferkel
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